EL CASTIGO ES CREACIÓN DEL HIJO Y NO DEL PADRE CELESTE

15 »Pero si no escuchas la voz del Señor, tu Dios, poniendo por obra todos los preceptos y mandatos que yo te mando hoy, irán viniendo sobre ti, hasta darte alcance, todas estas maldiciones: 16 »Maldito seas en la ciudad, maldito seas en el campo. 17 »Maldita tu canasta y el recipiente donde amasas el pan. 18 »Maldito el fruto de tu vientre, el fruto de tu suelo, las crías de tus reses y el parto de tus ovejas. 19 »Maldito seas al entrar, maldito seas al salir. 20 »Que el Señor te mande la maldición, el pánico y la amenaza en todas las tareas que emprendas, hasta que seas exterminado, hasta que perezcas sin tardanza, por haberlo abandonado con tus malas obras. 21 »Que el Señor te contagie la peste, hasta terminar contigo, en esa tierra a dónde vas para tomarla en posesión. “DEUTERONOMIO 28:15-21”

Reflexión o Enseñanzas: hermanos y hermanas en estas palabras tan fuertes y crudas nos muestra un padre con dignidad que ignorar a su hijo si anda por los caminos del maligno pues hay que recordar que su justicia es perfecta y él te entregara tu ganancia en la tierra, esa ganancia dependerá de tu convivencia en el mundo terrenal.

Fraters y sorores les recuerdo que no es Dios quien nos castiga, somos nosotros los que nos castigamos al dejar de creer en él, al dejar de cumplir sus preceptos y las enseñanzas de nuestro señor de la cruz, al no buscarlo ni hablarle en la oración. Pues así como nosotros lo hacemos aun lado y nos olvidamos de él, él ara los mismo dejándonos a la merced del maligno y de sus engaños, para llevar nuestras almas a la perdición por los siglos. Pues él nos dio el poder de elegir entre él, “nuestro padre celeste” y el maligno, esto dependerá de nosotros si nos condenamos o nos salvamos…

✠ Frater: Edward J. Fuentes A.

Humilde servido de la santísima trinidad, hermano de lucha, al servicio de Dios todo poderoso.

Semper fidelis, in aeternum.

Fraternal Triple Abrazo Templario Fraters y Sorores…

✠ ✠ ✠ TODO SEA POR LA GLORIA DE DIOS ✠ ✠ ✠

✠ NON NOBIS, DOMINE, NON NOBIS, SED NOMINI TUO DA GLORIAM ✠